jueves, 21 de agosto de 2014

¿QUÉ ES LA DIABETES?



  • Hay 3 tipos principales de diabetes: diabetes mellitus tipo 1, tipo 2 y gestacional
  • Las personas con diabetes tipo 1 mueren si no tienen insulina
  • Las personas con diabetes tipo 2 pueden pasar muchos años sin diagnosticar
  • Una diabetes mal controlada causa graves complicaciones y muerte prematura
  • Para un control eficaz de la diabetes se necesita la colaboración entre la persona con diabetes y los profesionales sanitarios

¿QUÉ ES LA DIABETES?

La diabetes es una afección crónica que se desencadena cuando el organismo pierde su capacidad de producir suficiente insulina o de utilizarla con eficacia. 1  La insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas y que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo, en donde se convierte en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Como resultado, una persona con diabetes no absorbe la glucosa adecuadamente, de modo que ésta queda circulando en la sangre (hiperglucemia) y dañando los tejidos con el paso del tiempo. Este deterioro causa complicaciones para la salud potencialmente letales. 
Hay tres tipos principales de diabetes:
  • diabetes tipo 1
  • diabetes tipo 2
  • diabetes mellitus gestacional (DMG)


DIABETES TIPO 1

La diabetes tipo 1 está causada por una reacción autoinmune, en la que el sistema de defensas del organismo ataca las células productoras de insulina del páncreas. Como resultado, el organismo deja de producir la insulina que necesita. La razón por la que esto sucede no se acaba de entender. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad, pero suele aparecer en niños o jóvenes adultos. Las personas con esta forma de diabetes necesitan inyecciones de insulina a diario con el fin de controlar sus niveles de glucosa en sangre. Sin insulina, una persona con diabetes tipo 1 morirá.
La diabetes tipo 1 suele desarrollarse repentinamente y podrían presentarse síntomas como:
  • sed anormal y sequedad de boca
  • micción frecuente
  • cansancio extremo/falta de energía
  • apetito constante
  • pérdida de peso repentina
  • lentitud en la curación de heridas
  • infecciones recurrentes
  • visión borrosa
Las personas con diabetes tipo 1 pueden llevar una vida normal y saludable mediante una combinación de terapia diaria de insulina, estrecha monitorización, dieta sana y ejercicio físico habitual.
El número de personas que desarrollan diabetes tipo 1 aumenta cada año. Las razones para que esto suceda siguen sin estar claras, pero podría deberse a los cambios de los factores de riesgo medioambiental, a circunstancias durante el desarrollo en el útero, a la alimentación durante las primeras etapas de la vida o a infecciones virales. 

DIABETES TIPO 2

La diabetes tipo 2 es el tipo más común de diabetes. Suele aparecer en adultos, pero cada vez más hay más casos de niños y adolescentes. En la diabetes tipo 2, el organismo puede producir insulina pero, o bien no es suficiente, o el organismo no responde a sus efectos, provocando una acumulación de glucosa en la sangre.
Las personas con diabetes tipo 2 podrían pasar mucho tiempo sin saber de su enfermedad debido a que los síntomas podrían tardar años en aparecer o en reconocerse, tiempo durante el cual el organismo se va deteriorando debido al exceso de glucosa en sangre. A muchas personas se les diagnostica tan sólo cuando las complicaciones diabéticas se hacen patentes (ver Complicaciones diabéticas).
Aunque las razones para desarrollar diabetes tipo 2 aún no se conocen, hay varios factores de riesgo importantes. Éstos son:
  • obesidad
  • mala alimentación
  • falta de actividad física
  • edad avanzada
  • antecedentes familiares de diabetes
  • origen étnico
  • nutrición inadecuada durante el embarazo, que afecta al niño en desarrollo
En contraste con las personas con diabetes tipo 1, la mayoría de quienes tienen diabetes tipo 2 no suelen necesitar dosis diarias de insulina para sobrevivir. Sin embargo, para controlar la afección se podría recetar insulina unida a una medicación oral, una dieta sana y el aumento de la actividad física.
El número de personas con diabetes tipo 2 está en rápido aumento en todo el mundo. Este aumento va asociado al desarrollo económico, al envejecimiento de la población, al incremento de la urbanización, a los cambios de dieta, a la disminución de la actividad física y al cambio de otros patrones de estilo de vida. 2 

DIABETES MELLITUS GESTACIONAL 

Se dice que una mujer tiene diabetes mellitus gestacional (DMG) cuando se le diagnostica diabetes por primera vez durante el embarazo. Cuando una mujer desarrolla diabetes durante el embarazo, suele presentarse en una etapa avanzada y surge debido a que el organismo no puede producir ni utilizar la suficiente insulina necesaria para la gestación.
Ya que la diabetes gestacional suele desarrollarse en una etapa avanzada de la gestación, el bebé ya está bien formado, aunque siga creciendo. El riesgo para el bebé es, por lo tanto, menor que los de cuyas madres tienen diabetes tipo 1 o tipo 2 antes del embarazo. Sin embargo, las mujeres con DMG también deben controlar sus niveles de glucemia a fin de minimizar los riesgos para el bebé. Esto normalmente se puede hacer mediante una dieta sana, aunque también podría ser necesario utilizar insulina o medicación oral.
La diabetes gestacional de la madre suele desaparecer tras el parto. Sin embargo, las mujeres que han tenido DMG corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 con el paso del tiempo. Los bebés nacidos de madres con DMG también corren un mayor riesgo de obesidad y de desarrollar diabetes tipo 2 en la edad adulta. 

ALTERACIÓN DE LA TOLERANCIA A LA GLUCOSA Y ALTERACIÓN DE LA GLUCOSA EN AYUNAS 

Se dice que las personas con altos niveles de glucemia, que no llegan a ser los de las personas con diabetes, tienen alteración de la tolerancia a la glucosa (ATG) o alteración de la glucosa en ayunas (AGA). La ATG se define como niveles altos de glucemia tras las comidas, mientras que la AGA se define como un alto nivel de glucemia tras un ayuno.
Las personas con ATG corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. No es sorprendente que la ATG comparta muchas características con la diabetes tipo 2 y vaya asociada a la obesidad, la edad avanzada y la incapacidad del organismo de utilizar la insulina que produce. Sin embargo, no todo el mundo con ATG llega a desarrollar diabetes tipo 2.

COMPLICACIONES DIABÉTICAS

Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de desarrollar una serie de problemas graves de salud. Unos niveles permanentemente altos de glucemia pueden causar graves enfermedades, que afectarán al corazón y los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios. Además, las personas con diabetes también corren un mayor riesgo de desarrollar infecciones. En casi todos los países de ingresos altos, la diabetes es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular, ceguera, insuficiencia renal y amputación de extremidades inferiores. Mantener los niveles de glucemia, de tensión arterial y de colesterol cercanos a lo normal puede ayudar a retrasar o prevenir las complicaciones diabéticas. Las personas con diabetes necesitan hacerse revisiones con regularidad para detectar posibles complicaciones.


Causas de diabetes

El envejecimiento de la población y los cambios en los estilos de vida son los dos factores que más influyen en el incremento progresivo de la diabetes. Así, el cambio en los hábitos alimentarios y el creciente sedentarismo y aumento de la inactividad física, que provocan obesidad, tienen como consecuencia directa que la enfermedad esté aumentando en casi todo el mundo.
Hay condicionantes que aumentan la probabilidad de desarrollar diabetes: la edad avanzada y la presencia de otras enfermedades como obesidad e hipertensión arterial, así como la historia familiar de diabetes, son factores que influyen notablemente en el desarrollo de esta enfermedad.
En algunos casos la diabetes puede ser secundaria a alguna circunstancia concreta: consumo de alcohol (sobre todo en el sexo masculino), algunos fármacos (corticoides, antiinflamatorios, anticonceptivos en mujeres), enfermedades renales, y otras.

Síntomas de la diabetes

En las fases iniciales de la enfermedad puede no haber síntomas de la diabetes.
Los síntomas de alerta, y más frecuentes cuando la enfermedad está plenamente desarrollada, son: poliuria (orinar mucho), pérdida de peso, polidipsia (tener mucha sed y beber mucho agua), reducción de la agudeza visual, cansancio y somnolencia.
Riesgos asociados a la diabetes
El diabético siempre tiene una mortalidad mucho más alta que la de la población no diabética (más del doble). Por eso, en el paciente diabético adquiere una especial importancia el control de todos los factores de riesgo asociados, como la hipertensión arterial, el colesterol y la obesidad, y no solo el control del azúcar; aunque es evidente que a peor control glucémico mayor riesgo de muerte y de complicaciones.
Complicaciones de la diabetes
El 80% de los pacientes con diabetes desarrollará una enfermedad cardiovascular. El riesgo de enfermedad cardiovascular se presenta 15 años antes en los pacientes diabéticos que en el resto de las personas, por lo que la diabetes mellitus reduce notablemente la esperanza de vida tanto en varones como en mujeres. Los costes de la asistencia sanitaria que genera son muy altos, y vienen condicionados mayoritariamente por esas complicaciones cardiovasculares. Entre las complicaciones de la diabetes están:
  • Infarto de miocardio, ictus y trombosis cerebrales.
  • Enfermedad vascular periférica; la diabetes es la causa más frecuente de amputación no traumática de miembros.
  • Nefropatía diabética, que puede avanzar hasta insuficiencia renal.
  • Retinopatía, que puede conducir a ceguera.
  • Neuropatía diabética periférica


Tratamiento de la diabetes

El objetivo del tratamiento de la diabetes no es tanto controlar el azúcar en sangre, sino disminuir la tasa de mortalidad.
Si la diabetes está descontrolada, en la fase inicial es muy importante conseguir la desaparición de los síntomas derivados de la hiperglucemia: poliuria, polidipsia, cansancio.
Se deben evitar las descompensaciones agudas de la enfermedad, y retrasar la aparición o progresión de las complicaciones crónicas: tanto en arterias grandes y corazón (macroangiopatía), como en arterias pequeñas en riñón, retina y nervios (microangiopatía).
Hay que individualizar objetivos; aunque hay algunas medidas generales y comunes para todos los pacientes, cada paciente diabético necesita un tratamiento individualizado.

Tratamiento de la diabetes no farmacológico

La pérdida de peso es el factor clave para reducir el riesgo de diabetes en personas con alto riesgo y sobrepeso. Sin necesidad de alcanzar un peso ideal, una reducción moderada del 5-10% puede ser muy beneficiosa para el control de la diabetes.
El control dietético, evitando los azúcares refinados (“dulces” y derivados), la abstinencia tabáquica si se es fumador, y la actividad física, son otras medidas fundamentales para disminuir los riesgos de complicaciones.

Tratamiento de la diabetes farmacológico

El tratamiento de la diabetes farmacológico se basa en la utilización de “pastillas”, en ocasiones asociadas a insulina.
El medicamento antidiabético de referencia para el tratamiento de la diabetes es la metformina. Existen otros grupos de fármacos cuya utilidad será valoradad por el médico en cada caso; se trata de las sulfonilureas, como gliclazida, glibenclamida, glinidas, y las tiazolindionas o glitazonas.
También están disponibles dos nuevos grupos de medicamentos pertenecientes a una nueva clase de tratamientos de la diabetes. Unos son los inhibidores de la DPP-4, como sitagliptina, vidagliptina; y los otros, los denominados análogos de la GLP-1, como exenatide.

Las insulinas

Cuando no es posible controlar la diabetes con las medidas referidas anteriormente, se hace imprescindible la utilización de la insulina.
Básicamente, las insulinas se clasifican por su modo-duración de acción en:
  • Insulina regular (acción rápida): inicio 30 a 60 minutos – máximo 2-4 horas – duración 5 a 7 horas.
  • Intermedia (acción lenta): inicio 1 a 2 horas – máximo 5-7 horas – duración 12 a 13 horas.
  • Mezclas, compartiendo características de las anteriores.
Todas están sometidas a variabilidad inter e intraindividual, por lo que el ajuste de dosis ha de realizarse de forma específica para cada paciente, según la medición de los niveles de glucemia en sangre.
Últimamente se han desarrollado nuevos tipos de insulina mediante técnicas de recombinación genética, los denominados análogos de insulina. También pueden ser de acción rápida, mezclas, o de acción lenta. Estos últimos producen una liberación de insulina sostenida, más lenta y sin picos, por lo que su riesgo de hipoglucemias es más bajo, y son las que actualmente están más en auge. Las representantes de este último grupo son la insulina glargina y la insulina detemir.

Otros aspectos a tener en cuenta

Además de las medidas específicas encaminadas a controlar el azúcar, siempre hay que mantener bajo control otros factores de riesgo como la hipertensión y el colesterol. En la mayoría de los casos también es necesario utilizar fármacos para tratar estos problemas.
El beneficio del tratamiento farmacológico es máximo en los pacientes de alto riesgo, es decir aquellos que tienen la diabetes peor controlada y presentan otros factores de riesgo asociados, como hipertensión, tabaquismo, colesterol, obesidad....
Es imprescindible cumplir bien el tratamiento prescrito por el médico y ser lo más escrupuloso posible en el seguimiento de las medidas dietéticas. Hay que conocer los efectos secundarios y aprender a reconocer las hipoglucemias y cómo tratarlas.